El
interés por la arquitectura abovedada es común a muchos arquitectos
deseosos de hallar formas que proporcionen mayor resistencia con el
mínimo material. Estos sistemas constructivos obligan a un
conocimiento exhaustivo del comportamiento de la estructura del
edificio y a un diálogo constante entre forma y resistencia de los
elementos arquitectónicos.
El
estudio profundo y la experimentación que realiza Le Corbusier con
las estructuras le llevan a valorar en la bóveda la sencillez de
medios frente a su capacidad expresiva.
También
en los proyectos de la India se estudian los sistemas de control de
la temperatura que proporciona la bóveda y busca la creación de
corrientes de aire por su zona superior que evacuen el aire caliente
acumulado, al mismo tiempo que refrescan la cubierta por el interior.
La
bóveda a la catalana aparece en los trabajos de Le Corbusier entre
los años 1950 y 1955.
Entre
dicha fecha se encuentra la casa que estamos analizando.
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